Alfred Hitchcok Presents: The Jar (1986) - dirigido por Tim Burton

    The Jar (El tarro) es uno de los capítulos que forman parte de la primera temporada del remake de la antología de suspense para televisión presentada por el maestro Hitchcock.

Sin embargo, el motivo que hace a este capítulo digno de ser recuperado no es específicamente la marca Hitchcock. Lo que llama poderosamente la atención es la aparición en los créditos de uno de los nombres más icónicos de la industria cinematográfica: Tim Burton. Automáticamente, lo que en el instante de su emisión era un capítulo más para TV se convierte en objeto de análisis de estudiosos del director. 

Realizado en 1986 -año en el que Burton también participó en otro serial de antologías, Cuentos de las estrellas (Faerie Tale Theatre Series) con su versión de Aladino-, el director acababa de estrenar su primer largometraje, La gran aventura de Pee-Wee (1985). 

Burton remodela el capítulo homónimo original de 1964 dirigido por Norman Lloyd y lo sitúa en una galería de arte. ¿La trama? Knoll, un artista conceptual no ha creado aún ninguna obra que le haya otorgado una reputación, las visitas a su exposición son mínimas y las críticas a su trabajo cercanas a lo pensoso. El artista encuentra en una de sus visitas a la chatarrería un extraño jarro que despierta su fascinación dentro de un antiguo Mercedes. Jarro que decide exhibir en su exposición. Y jarro que no deja indiferente a nadie. Nadie alcanza a distinguir qué hay dentro del tarro pero a todo el mundo parece sentirse atraído por la nueva pieza de exhibición. Todos, menos la mujer del artista, Erica, que celosa del éxito de su marido, quiere destrozar el tarro a toda costa.

El capítulo no está considerado como uno de los más vibrantes de la serie ni uno con la trama más entretenida. Sin embargo, no es lo importante.

A pesar de situarse en un contexto de prefabricación para televisión, The Jar es inconfundiblemente un producto de Tim Burton. 

Las formas sinuosas, la plasmación y diversión que encuentra en poner artistas posmodernos y sus aberrantes/adorables obras, los focos de tonos cromáticos tan dispares. La ambientación del conjunto parece un prólogo de lo que entonces se vería dos años después en la encantadora Bitelchús (1988).

Fotograma del capítulo 'The Jar' (1986) de 'Alfred Hitchcock Presenta'

Knoll, interpretado por Griffin Dunne, y su primer contacto visual con el objeto fetiche del episodio.

Algunas de las obras-fracasillo de Knoll.

Fiona Lewis como Erica en la escena quizá más cómica (dudo que intencionadamente) de The Jar.

El personaje de Delia (divertidísima Catherine O'Hara) y sus extrañas piezas son la caricatura y la evolución de un Knoll endiosado por su tarro-trabajo así como la reunión de Knoll y sus amigos es una versión light y con una mayor seriedad a la que sería el encuentro de Delia y sus amigos de élite poseídos por Geena Davis y Alec Baldwin. La chatarrería parece a su vez el boceto de lo que sería el cementerio de Bitelchús.

Catherine O'Hara como Delia Deetz en Beetlejuice (1988)

De izquierda a derecha: Alec Baldwin, Geena Davis, Winona Ryder, Catherine O'Hara y Jeffrey Jones en Beetlejuice (1988)

Tim Burton es experto en dotar a sus productos de magia y a lo largo de su carrera ha logrado crear distintos tipos de magia. La fusión de esta iluminación con la automáticamente reconocible banda sonora de Danny Elfman, inseparable de Burton, consigue un sabor que sólo encuentro en la película mencionada, Bitelchús y que honestamente echo de menos en sus últimos productos, alguno de ellos excelente pero con un enfoque hacia lo fantástico totalmente distinto.

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