Los ciudadanos salen a la calle. Las acampadas carecen de ideología predefinida. Bajo el lema de ¡Democracia Real Ya!, miles de personas se agolpan en núcleos de todas las ciudades. Hablan de la revolución de las redes sociales como principal arma de reivindicación. Cientos de personas twittean, cuelgan fotos, reclaman sus derechos. Lluvias metereológicas y cascadas de trending topics empiezan a colapsar las pantallas de los usuarios (bueno, quizá no las meteorológicas). Todos relacionados con el gran movimiento que está ocurriendo.
No les Votes. (#nolesvotes)
No Nos Vamos. (#nonosvamos)
Spanish Revolution. (#spanishrevolution)
Acampada Sol. (#acampadasol)
Sin Banderas. (#sinbanderas)
European Revolution. (#europeanrevolution)
Intereconomía. (#intereconomía).
¿Cómo no? Lo admitan o no. El movimiento radical de Intereconomía es marketing puro y duro. A los dirigentes de este canal les encanta (Qué bien me lo paso con mis links) hacer saltar a todos aquellos que están en su contra. Les encanta verse en listas de Trending Topics. Les encanta hacer rechinar los dientes a todos los que hablan de ellos con irritación. Con la indignación que van conformando crean dos patrones de conducta. La que hace al espectador cambiar de cadena y la que hace al espectador mantenerse rabioso viendo Intereconomía. No me extraña, por lo tanto, que tenga buenas audiencias.
El hecho de escribir este post ya es una forma de ir alimentando esa espiral de popularidad.. Pero es que... ¡Demonios! Hay veces que es imposible contener la carcajada estruendosa. Esta entrada no tiene por qué ir más allá de comentar un parecido que yo, totalmente absorto, hallo en uno de estos vídeos sobre la #acampadasol. Porque un señor con parche, una señora tan tiesa y un presentador con aires pérfidos encuentran aquí su inmediato equivalente.
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