26 de Abril. Facultad de Ciencias de Información de la Universidad Complutense de Madrid. Es llevada a cabo una proyección de cortos. Sólo eran emitidos los cortos cuyos directores no sobrepasaran los 21 años en el momento de la realización. Tras una sucesión de piezas amateur que despiertan ahogadas carcajadas sonrisas y risas en los espectadores (y no precisamente por aspectos positivos), es proyectada la pequeña joya del festival. Y no, no me refiero al que se supone invitado de honor, Fran Casanova, con su corto "Indiana Jones y la búsqueda del Ídolo Perdido" - apenas entretenido para todos aquellos que no han visto cada película de la famosa saga al menos cuarenta veces-. De hecho... ¿No se suponía que los cortos eran hechos por personas de menos de 21 años? Yo hubiera recomendado a este realizador haber mostrado el que hizo a esa edad y no promocionar una producción efectuada con unos cuantos tacos más...
Pero me desvío del tema, esa pequeña joya por la que ya hubiera merecido el pase a la proyección (y de hecho debería haber sido premiada con una asistencia mucho mayor en el patio de butacas) fue el cortometraje dirigido por Ricardo Yebra, 'Cuando Crecen las Flores' (espero que Yaiza de Canarias y su parodia sobre la violencia de género me perdonen).
"Una historia narrada más que con hechos, con sentimientos", así define Ricardo Yebra Cuando Crecen las Flores, primera producción perteneciente a un bloque de cuatro cortometrajes (el segundo ya está en el horno).
A pesar de que el teaser deja al espectador con una sensación algo confusa, la que se obtiene después de visionar el cortometraje completo es radicalmente más plena.
Una iluminación y fotografía que ya les gustaría a muchas producciones nacionales que llegan a las grandes pantallas, de la mano de Javier Horcajada. Contrastes cálidos y fríos que encajan a la perfección con la historia.
El punto de confusión que otorga Ricardo Yebra a la historia es prácticamente vital, ya que posiblemente de no ser así, 'Cuando Crecen las Flores' pasaría a ser "un corto más". La edición de Fran Rubio también es uno de los puntos fuertes del corto, con un equilibrio bastante acertado entre los "flashbacks" y el tiempo presente.
También es imprescindible mencionar a los dos actores protagonistas, Lolo Martín y Caro Olmedo, que consiguen una conexión (en todas las acepciones posibles de la palabra) básica para que lo que acontezca en pantalla pueda traspasarla y tocar, de alguna forma, al espectador. Además, según el director, el trabajo previo con los actores fue bastante intenso. No se conocían de forma previa al cortometraje, y comparten escenas muy comprometidas.
La música original, de Javier Flores, es otro de los elementos fundamentales que ayudan a que el espectador sea absorbido por el corto. Se nota que cada aspecto de Cuando Crecen las Flores ha sido muy mimado.
Prometedor.
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