domingo, 20 de marzo de 2011

April y Paul (I)


April llega a la consulta y le muestra a Paul su proyecto de arquitectura.

APRIL: Estoy muy cansada

PAUL: ¿No has dormido mucho esta semana?

A: No, nada. (Con tono jocoso) Entre mi ansiedad y mi linfoma, nunca es buen momento... Era broma. ¿No es gracioso, verdad?

P: No lo creo...

A: Yo tampoco. ¿Puedo tan sólo...? (April se recuesta en el sofá) Esta noche he hecho absolutamente de todo para intentar dormir... Eran las dos de la mañana, no tenía ningún pensamiento en mi cabeza... Y las manos me temblaban tanto que sólo pensaba en destrozar el proyecto. Así que lo metí en una caja. Cambié las sábanas, encendí unas velas y puse un poco de música. Suena como si tratara de seducirme a mí misma.

P: ¿Y al final te dormiste?

A: No pude. El corazón me latía muy deprisa y me sentía como... como si no fuese sangre lo que corría por mis venas, como si fuera otra cosa. Fuego, veneno, sólo quería que saliera, abrirme de alguna forma, cortarme las muñecas o arrancarme la cabeza.
No, yo... sabes que nunca haría eso, no te preocupes... Sólo estoy intentando describir cómo me sentía.

P: Parece que ha sido una noche horrible

A: No puedo pasar otra de éstas. Me volvería loca.

P: Cuando decías que sentías un veneno corriendo por tus venas. ¿Puedo decirte lo que he pensado inmediatamente?

A: Quimio

P: Cáncer

A: Es lo mismo

P: No, no lo es. Puedes elegir no hacer la quimio.

A: Es cierto. Touchée. Pensaba una cosa la otra noche, y la sigo pensando una y otra vez. Me pasaba un montón cuando era pequeña. El verano anterior al instituto se me había pegado una canción y no conseguía quitármela de la cabeza... Realmente pensaba que me volvería loca.

P: ¿Cómo crees que se siente uno al volverse loco?

A: Como cayendo... a ninguna parte. ¿Podemos no hablar sobre volverme loca? Te lo agradecería realmente.

P: ¿Quieres hablar de lo que pensabas esta noche? ¿De lo de querer arrancarte la cabeza?

A: Quería ir a casa. Realmente deseaba ir a casa. Y luego pensé: "No puedes ir a casa. Tu casa está muy lejos en el tiempo y en la distancia" Y continuaba pensando: "Tu casa está muy lejos en el tiempo y en la distancia, tu casa está muy lejos en el tiempo y en la distancia"

P: Y dónde está ese hogar en el que estabas pensando?

A: Puedo... ¿puedo decírtelo en un minuto? Necesito cerrar mis ojos un momento. Estoy muy cansada. ¿Qué hora es?

P: Las ocho

A: En serio... ¿ya?

P: Bueno, son las siete y cincuenta y nueve en realidad

A: Perfecto. ¿Puedes despertarme a las 8? ¿Puedes hacerlo?

P: Claro.

(April se acuesta en el sofá y se queda dormida. A los sesenta segundos...)

P: ¿April? ¿April? Despierta. Despierta April. ¿April? April, despierta.

A: ¿Qué hora es?

P: Son las ocho

A: Bien. Se acabó. Se supone que el proyecto que te había enseñado... Debía haberlo presentado ayer, pero el profesor dijo que podíamos entregarlo hasta esta mañana a las 8. (April se levanta, coge su proyecto y lo destroza, lo estampa una y otra vez sobre los muebles de Paul hasta que se hace pedazos. April vuelve al sofá mientras Paul con cierto asombro se levanta pero no hace nada para pararla).
Era horrible. Está mejor ahora
(Paul vuelve a sentarse)

P: ¿Por qué dices eso?

A: Es imposible que funcionase. Las dimensiones eran demasiado grandes y apuntaban a un espacio negativo. Sólo estaban ahí. No podía hacer que se elevasen.

P: Tengo que decirte que... es muy duro verte destruir tu propio trabajo

A: Al final me quedé dormida anoche, recuerdo el sueño que tuve. Estaba en lo alto de la maqueta, era de tamaño real y de repente me caí. ¿Has tenido alguna vez alguno de estos sueños de caídas?

P: Sí, claro.

A: Los tengo continuamente.

P: ¿Y cómo te sientes cuando despiertas?

A: No lo sé, mi corazón late muy deprisa... Y siento... No sé como describirlo, una especie de alegría.

P: Muy distinto a caer de la nada.

A: Sí.

P: Caer es algo a lo que tienes miedo, y a la vez te sientes atraída por ello.

A: ¿Qué quieres decir?

P: Cuando estás despierta intentas tenerlo todo bajo control. Así que tiene sentido que en tus sueños te veas a tí misma finalmente cayendo, liberándote y dejando todo porque es una fantasía, un sueño para tí.

A: ¿Por qué me estás diciendo esto, se supone que debe ayudarme?

P: Te ayudaría solo si lo comprendieras.

A: (Aumentando su enfado) Pero ahora está en mi cabeza. Lo has puesto en mi cabeza e irremediablemente pensaré sobre eso.

P: Como lo que pensabas la otra noche...

A: ¿Qué?

P: Has empezado a pensar en algo, y no podías parar, tus pensamientos son obsesivos.

A: (Entra en cólera) No digas eso, ¡No tienes idea de lo que estás hablando!... ¿Alguna vez has estado en una avería en el metro y algún chico... algún chico tímido empieza a repetirse a sí mismo una y otra vez "715, 59 y Lexington" una y otra vez, una y otra vez y cada vez más alto hasta que para él las palabras no son suficientes y empieza a golpearse y la única solución es que tienen que darle un sedante?. ¡Éso es lo que significa tener pensamientos obsesivos! Yo sólo medito las cosas.

P: April, estás hablando de tu hermano... Me he dado cuenta de que siempre intentas sentir lo que él siente.

A: Bueno, él no puede describir lo que siente, así que necesita a alguien que lo interprete.

P: Tu empatía es admirable, April, pero debe quitarte mucha energía, tratar de absorber los sentimientos de los demás como tuyos... Quizás en lugar de los tuyos...

A: Lamento haber perdido los nervios.
(Y el silencio se apodera durante unos veinte segundos)
Hubo una vez en la que sí verdaderamente me caí.

P: ¿Cuándo?

A: Estábamos de vacaciones en Miami. Sólo tenía 10 años. ¿Sabes? Mi madre está obsesionada con Cuba, la música cubana, la cultura, la comida cubana... Estábamos allí... sin mi hermano. Lo habíamos dejado con mis abuelos por primera vez. Sólo mis padres y yo.
Una noche, había una banda tocando música en la calle. Mis padres empezaron a bailar allí, en la habitación del hotel. Me asomé a la ventana a ver la banda tocar, y notaba la brisa del océano en mi espalda . De alguna forma, ni siquiera recuerdo cómo pasó, me caí por la ventana. Tan sólo me recliné un momento, y... me caí.
Aterricé en... ¿cómo se llama? una especie de toldo. Estaba bien, algo confusa por un momento, miré la ventana desde abajo y luego me deslicé hacia el suelo.

P: ¿Recuerdas haber sentido miedo?

A: Recuerdo que nada más tocar el suelo con mis pies empecé a llorar. Luego entré de nuevo en el hotel y cogí el ascensor. Me miré al espejo y me obligué a dejar de llorar.

P: Entonces, ¿puedes parar de llorar? ¿así de repente?

A: Me miré a mi misma al espejo y me dije: "April. Tienes que parar" Y lo hice. Aún todavía puedo hacerlo... Cuando volví a la habitación, mi madre tenía la cabeza apoyada en el hombro de mi padre. Aún estaban bailando.

P: ¿No se dieron cuenta de que no estabas?

A: No.

P: ¿Por qué paraste de llorar?

A: ¿Cómo?

P: Quiero decir, tenías 10 años, te acababas de caer por la ventana. ¿Por qué no podías llorar delante de tu madre?

A: Ella era tan feliz... La manera en la que abrazaba a mi padre, la manera en la que estaban bailando... Tenía los ojos cerrados mientras bailaban y te aseguro que mi madre nunca cierra los ojos.

P: ¿Por qué no?

A: No puede quitar la vista de mi hermano, de Daniel. Yo no soy una persona demasiado empática, de verdad que no... Antes me has preguntado dónde estaba mi hogar para mí.
Estaba allí, en Miami, es el sitio al que quiero volver. A aquélla habitación, con mis padres. Sin Daniel.

1 comentario :

decalafat dijo...

Me he quedado sin palabras...