viernes, 1 de abril de 2011

Experiencias Surrealistas: "Bingo: The Clown-O"

A pesar de que cuando he asistido sinceramente, desde siempre he acabado aburriéndome, el ambiente circense siempre me ha llamado mucho la atención. Divertido y espeluznante a partes iguales. Incluso a veces diría que un poco más de lo segundo. Es por ello por lo que me suelen gustar las películas o producciones de cierta originalidad con esa ambientación. Sólo hay que remitirse al objeto de análisis de mi primer post.
Bingo es una producción de 1998 dirigido por el director especializado en el cortometraje surrealista Chris Landreth (el cuál, con su siguiente corto, Ryan, consiguió el Oscar al mejor cortometraje animado) y ofrece unos cuatro minutos y veinte segundos de una intensidad y de una absurdez inconmesurables que ensamblan en perfecta armonía.

Causa hasta reticencia contar un fino hilo argumental del cortometraje (merece mucho la pena verlo)... Pero.... ¡Qué demonios! Una extraña serie de personajes caracterizados de payasos o monstruos del circo intentarán convencer al protagonista de que él es Bingo, Bingo The Clown-O. Cada personaje de forma más tortuosa que el anterior.

He visto el cortometraje varias veces porque sencillamente me fascina. La sensación de decir: ¿Qué *?∑怮 estoy viendo? aliñado con unos toques de genialidad merece el visionado de Bingo. Con una animación cuidada al milímetro, de gran calidad técnica, pero que en esencia es realmente extraña y ortopédica, con un perpetuo fondo oscuro y con tanto sujeto estrambótico de por medio, "Bingo" es una experiencia que sin duda hay que sopesar.

Y como todo buen corto, el mensaje es importante. Quizá los medios para escalar hacia ese mensaje son demasiado excéntricos, pero el fin está claro. Hoy en día, las presiones externas pueden influir en su totalidad en quiénes somos, en nuestra personalidad, trastornarnos completamente. ¿Quién no hubiera reaccionado de la misma y exacta forma que el protagonista? Todos, absolutamente todos somos Bingo, Bingo the ClownO.

Algunos (posiblemente la mayoría) se quedarán con un semblante que exprese "Devuélveme mis doscientos sesenta segundos de vida". Otros querrán multiplicar esos doscientos sesenta segundos varias veces.
Desde luego, Chris Landreth, un nombre al que tener muy en cuenta. Semejantes ideas no se pueden concebir en un estado de completa normalidad. Así que felicidades, Mr. Landreth, usted ha despertado en mí la necesidad de crear una entrada sobre su entrada (aunque viendo quiénes lo consiguen, me planteo el mérito de dicho logro)




PD: La dulce payasita que ilustra la imagen del post puede aparecer en tus pesadillas perfectamente cercenando alguna parte de tu cuerpo.

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