viernes, 15 de abril de 2011

¡Qué Festín!


Muchas veces el hecho de que te guste o no una película viene determinado por muchas circunstancias ajenas a la película. La concordancia entre el estado de ánimo del espectador y el tono de la película, el espacio en el que se visualiza, o la actitud de tus acompañantes.
Hace unos días vi "Festen" (Celebración), una película danesa de 1998 en unas condiciones bastante... Digamos malas. Con mi portátil y mis auriculares en el nada silencioso comedor de mi residencia universitaria, en ocasiones la proyección era interrumpida al encontrarme con algún conocido o amigo.
Sin embargo, pese a todo, la película me pareció que destilaba cierta brillantez sin considerarla una de las piezas cinematográficas que más afinidad tienen con mis gustos. De hecho, muchos la califican como el inicio del resurgimiento del cine danés.
Me llamó la atención nada más ver el poster. Ese fondo negro que presenta a un elenco tan serio y tan europeo con la palabra "Celebración" combinado con las altas notas medias en las "redes sociales de cine" así como con el respaldo de la crítica... Me atrajo de forma bastante intensa.
Sería absurdo ir más allá de la sinopsis principal de Festen: En el 60 cumpleaños de Helge, éste decide invitar a sus hijos y a sus amigos a la asistencia de una elegante cena en su mansión, en la cuál una incómoda revelación será llevada a cabo.
Es una de estas películas cuya idea principal puede resumirse en un cortometraje. La potencia de Festen se justifica tan sólo en esa mencionada revelación que se convierte en el eje principal para las virguerías y fantasías tanto escénicas como técnicas de su director.


Es difícil ponerle una etiqueta a esta película, pero definitivamente la encasillaría dentro del género de la comedia. Ligeramente perturbadora, pero comedia. El drama que supone el giro argumental de la película deja de ser tal cuando observas la reacción ante la misma, indudablemente cómica. Eso sí, absolutamente nada que ver con películas (también geniales) como La Cena de los Idiotas
El surrealismo y la mala leche se adueñan de las mejores escenas de la película. Una de las escenas que cuentan con ambos ingredientes es ésta, además el tema del racismo está muy inteligentemente tratado con la presencia de Gbatokai. Aunque aporte más bien poco a la trama principal de la película, sí brinda algunos de los mejores momentos de la película. Sin mostrar ningún elemento explícito, el director consigue que los comensales de la cena protagonista provoquen verdadera repugnancia.

- Quiero darle una cálida bienvenida a Gonzáles // - Mamá, se llama Gbatokai // - Eh... Sí.

Es importante contextualizar el movimiento cinematográfico en el que se inserta esta película. El Dogma, de 1995. El estilo danés impulsado por Lars Von Trier y Thomas Vinterberg (director de Festen) busca traer los "valores tradicionales del modo de contar historias en el cine". La cámara al hombro. La prohibición de música extradiegética, es decir aquélla que no proviene de las imágenes que se muestran en la pantalla. No se puede grabar en escenarios o decorados. Importa la fidelidad a la tecnología, nada de saltos temporales

La crítica que ofrece Celebración (más allá de las estrechas relaciones familiares que resultan no serlo tanto) se centra en la excesiva comodidad de la pasividad. Una pasiva esposa, madre y abuela que finge que todo en su mundo es perfecto aún cuando todo ante sus narices es obviamente podrido; La pasividad de unos invitados que aún siendo testigos de "revelaciones" tan importantes, tras un inicial sobresalto, acaban riendo y jugando en la siguiente escena.
Se parodia llevando al extremo la condición del ser humano en la que es más feliz disfrutando en una fantasía paralela a la realidad.

En conclusión, "Festen" es desde mi punto de vista una obra altamente recomendada. La película ideal para ver con los niños en su cumpleaños o en Navidad con toda la familia.

No hay comentarios :